3/30/2007

I beg you pardon Nina...


Retomando la posta del post anterior, debo hacer un mea culpa profundo. Dejé a Nina Simone sin espacio en las situaciones mencionadas antes. Grave omisión, y por eso el título.
Nina es quizás la cantante femenina que más me gusta, por como canta, por lo que irradia su voz, por la emoción en cada una de sus canciones, por la energía.
Recuerdo el día en que murió, en París, lo leí en una pequeña notita en el diario, que no por eso la hizo menos grande. Debo decir que me invadió la pena en ese momento, no sólo porque se fue sin haber podido escuchar su voz en vivo, eso es lo de menos, y habría estado casi al borde del olimpo para mí de haberlo vivido. No fue por eso, fue simplemente por sentir la pena de perder otra luz.
No voy a hablar de su vida, de su identidad ni de cómo peleó por sus derechos y los de los negros (políticamente correcto, afro-americanos), pero en definitiva, la mina era grande, desde donde se la mire
. "Jazz es un término blanco para definir la música negra. Lo que yo hago es música clásica negra", dijo en una oportunidad. No Nina, lo tuyo es el jazz en su estilo más puro.
Quizás en cualquiera de las situaciones que nombré me podría acompañar su música. Ojalá fuera en una escena como la del final de antes del atardecer, y si fuera con Julie Delphy mejor... "Babe, you gonna miss that plane".

PD, quise poner Mississipi Goddam, pero la verdad es que poner un mp3 en el blog me superó. Para la otra.

3/27/2007

Borroso

Esto lo empecé a escribir hace unos meses, con muchas ganas, pero me di cuenta de que era algo sumamente difícil, y comprendí aún más al atribulado Rob. Este es el segundo intento, a ver si ahora puedo contra mí mismo.

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Revisando lo escrito a la fecha, me he dado cuenta de que quien escribe no refleja con facilidad lo que hay detrás de la pantalla (o frente a la pantalla, mejor dicho). O sea, yo.
Por esto, voy a hacer un breve resumen, o mejor dicho, voy a intentar de hacer un breve resumen de mi mismo, cosa que si alguien lee, sepa quien es el que escribe, más allá del juicio que pueda hacerse a partir de lo que está escrito. Más allá de aquellos que me conocen, nunca está de más profundizar en algunas cosas, decir lo que algunas veces se cree obvio pero no por eso permanece presente.
Puede ser algo al estilo Rob Gordon. Para quienes no conocen a Rob, vayan a su videoclub más cercano y pregunten por alta fidelidad. O en su defecto en una librería. No voy a caer ahora en la típica discusión de si el libro es mejor que la película, porque eso es muy relativo. En este caso me gustaron los dos, pero vi la película primero, así que no vale. Al final me desvié igual. Bueno, Rob tiene un estilo muy particular de plantarse ante la vida, haciendo rankings, top five, idea que luego se robó cqc. Por ejemplo, los mejores cinco discos para escuchar camino a la playa... los cinco primeros temas para poner el lunes, llegando a la pega, o bien, los últimos cinco para un viernes, antes de irse. Ven, no es lo mismo. En esos detalles, ciertamente, se puede conocer a una persona. En este caso, a mí.
Retomando, haré mis propias listas. Este ejercicio, aparte de nuevo, es también un poco desconcertante, porque tendré que pensar muy bien en lo que ponga, y quizás hasta yo mismo me sorprenda.
Procedo.

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...continuación...
Bueno, de música podría llenar páginas, y pensar en momentos para hacer los rankings, también. Entonces, voy a hacer el ejercicio, pero en sentido inverso, primero pensar en las situaciones que más me agradan, y después su complemento. Al final, seguro termina siendo cualquier cosa, y a la mierda con los top five.

1.- En el primer lugar, lo mejor de lo mejor. El mar, estar en la playa mirando el mar. Si a esto le agregamos que sea una playa grande y con poca gente, un día despejado. Sol y el ruido de las olas. Top One. Música para acompañar esto, ninguna, sólo el ruido del mar, quizás en algún momento se podría escuchar algo en la onda. Propongo Sea Change, pero bajito, para que se mezcle con el ruido del mar.
2.- Cocinar, el ruido de la comida en el fuego, una copa de vino, y otras mas... buena compañía y música de fondo. Afro Blue, Live at Birdland, Coltrane, McCoy, Garrison y Jones y uno de los mejores discos de Jazz que se han hecho. Esto es una idea, porque para cocinar las opciones son miles, pero esta le pega perfecto.
3.- Esta va a tono con la primera. Manejando camino a la playa, pleno sol, ventanas abiertas y cara al viento. Entramos entonces en la categoría llamada rock rutero. El principal exponente del género son los Rolling, con todas sus letras. Hagan la prueba y no se van a arrepentir.
3.1.- Esta es una variación del anterior, en versión película de corte B. En un descapotable, atravesando el desierto, de noche y escuchando uno de los temas instrumentales de Pulp Fiction, que debe haber sido creado específicamente para estos fines.
4.- Atardecer de primavera. Andando en bicicleta. Beatles. Nada más que decir.
5.- Viernes a la tarde, llegando de la pega, dejando a un lado las banalidades. Echado en el sillón, echando mano a los discos. Queridos discos. Acá dan ganas de poner de todo. Lo importante no es la banda en este caso (obviamente, con excepciones), sino quien la interpreta dentro de la cabeza. Con esto me matarían varios que conozco, pero es la verdad.
5 cosas para que me conozcan mejor.

Buenos Aires 2

Hace una semana comencé a escribir nuevamente sobre Buenos Aires, desandando los pasos de días que cada vez son más difíciles de encerrar en la memoria. Se me cagó la máquina y perdí lo que había escrito de una gran fiesta de la que tuve la suerte de ser parte. De la gente con la que estuve y que cada día quiero más. No se si puede caber tanto. Ahora las ganas de escribir son otras.
Buenos Aires hora cero.
Como hacer para sobrevivir a tantas vidas, a tantas idas y vueltas, y seguir respirando tranquilo al ver las mismas caras.
Debo decir, esta vez fue difícil, más que otras. Esta vez me ví más felíz que nunca. Me di cuenta que hay aún más corazones a los cuales arrimarse, que en realidad han estado siempre, pero de no querer mirar se han alejado. Nada que hacer, otro capítulo más en la historia de mi vida. Otra vuelta más y ya perdí la cuenta cuantas son.
Lloro tranquilo al pensar que no será la última, pero me pesa el alma al tener que partir de nuevo.

3/14/2007

Devuelvan la Cancha

Guardo muy bellos recuerdos de los recitales que he tenido la suerte de haber visto en mi vida. No voy a hacer una lista ahora, no viene al caso, pero a mí, un fanático de los Beatles, haber estado al lado de McCartney, simplemente no tiene precio.
Todavía recuerdo toda la secuencia de ese día, y creo que la recordaré por mucho tiempo más. Primero no iba a ir, no se por que, empecé con eso de que McCartney no era los Beatles, que de solista lo conocía poco y toda una serie de justificaciones que iba poniendo. El día del recital, era un sábado, me desperté con un nivel de ansiedad galopante, ante la posibilidad de hacer realidad la estupidez de no ir al recital que podía ser el más significativo que fuera en mi vida.
La producción no había andado muy bien, y la venta de entradas no era gran cosa. Cristal sacó una promoción que por 3 tapas de cerveza y 5 lucas sacabas la entrada para cancha. Bueno, con mi hermano nos fuimos al supermercado de la rotonda atenas, que en ese tiempo era almac, y en un lapso de tiempo muy poco prudente nos tomamos las 3 cervezas cada uno y nos fuimos para el nacional. Habremos llegado como a las 2, y ya había bastante gente. Caminamos hacia el inicio de la fila, y gracias a un tumulto armado de manera gratuita por los señores carabineros, la gente se movió para acá, para allá, pasaron los caballos, y atrás de los caballos nosotros corriendo para quedar lo más adelante posible.
Ganamos como 3 cuadras de cola y nos dispusimos a cagarnos de calor por un buen rato. Esto era fines de diciembre o mediados de enero, no recuerdo, pero el sol te mataba. Cómo a las 4 abrieron las puertas y a correr.
Quedamos cerca de la reja de adelante, como a 10 metros. Ahí nos quedamos sentados, esperando que llegaran los bomberos para aplacar el calor de la muchachada. Los que saben de recitales reconocen el momento en que mojan los bomberos como la oportunidad ideal para correr hacia adelante y quedar en una mejor ubicación, sobre todo en el verano, que es realmente para re cagarse de calor estar ahí en la cancha. Estratégicamente agazapados esperamos a los chicos buenos. Dicho y hecho, llegaron las mangueras, quedó la cagada, corrimos y entre empujones logré poner una pata en la reja. Misión cumplida, ya estaba adelante, ahora sólo quedaba esperar.
Bajó el calor, la cancha se llenó, tocó un grupo de mierda de telonero, se vino la noche y la ansiedad estaba a mil. En el estadio había gente de todo tipo, jóvenes, viejos, de distintas pintas, pero todos con la misma cara de niño esperando su regalo de navidad atrasado.
El recital estuvo increíble, tocó un montón de temas de los Beatles, ahí nomás, a 3 metros de donde yo estaba, todo por 5 lucas y 3 cervezas. El recuerdo es imborrable, las caras de la gente, la alegría.
Me alargué bastante, pero este post tiene otro punto que tocar. Actualmente, no podría haber vivido esa experiencia. Los genios de las empresas de tickets de conciertos han decretado que ahora la cancha es un pedazo de pasto que está por lo menos a 50 metros del escenario, donde no se ve una mierda, se escucha mal y encima sale caro.
Hasta en los recitales más rockeros ponen millones de sillas adelante, con nombres rimbombantes como vip, gold o platinum. Por favor, el platinum dejenlo para otras cosas y el whisky tomenselo en la tribuna. A nosotros devuélvannos la cancha.

3/09/2007

Otros ojos

En muchos ámbitos de la vida, siempre es bueno mirar con otros ojos. Acercarse a lo que hacen los demás, pero dando vuelta en 360º. Lo hacen los músicos, los intelectuales, la gente común. Todos. De hecho, una de las formas para referirse a este cambio de ojos es hacer segundas lecturas. Es decir, mirar lo que otro ya miró, pero con tus propios ojos. Me gusta más así. Segundas miradas.
Algo tengo con esto, me gustan las segundas miradas. Me gustan las canciones reversionadas, pero no las que copian burdamente, sino las que se reinventan en manos de otro. Por lo general, uno puede ver cuanto le gusta a la persona que la reinventa. Casos hay miles. Una vez grabé un cd entero con versiones de Fly me to the moon que bajé de audiogalaxy (recuerdas audiogalaxy?). El resultado no fue muy brillante, pero encontré algunas cosas interesantes, como un grupo de ska que hacía puras canciones de Frank Sinatra, con más desaciertos que aciertos. Al final la conclusión fue que con Frank no se jode. Y que Fly me to the moon es una de las canciones más bellas de la historia.
A pesar de estas experiencias, reitero que me gusta mucho, tanto en la música como en el cine, en literatura. Grandiosa es la mirada de soriano a la novela policial y el homenaje al gordo y el flaco en Triste, Solitario y Final. Grande gordo, te extrañamos.
¿Cuál será el encanto de todo esto? Jugar con el placer que algo te provoca, volver a experimentarlo, aumentarlo, llevarlo al exceso, rendirle un homenaje o simplemente volver a vivirlo.
Mirar fotos, hacer historias. Es parte de la vida. Si no miráramos a través de los ojos de otros, terminaríamos aburridos.
He escuchado muchas veces que en la música ya todo está inventado, en el arte, etcétera. Falso. Falso total. Jamás estará todo inventado, porque detrás de cada una de esas miradas hay nuevas historias y nuevos inventos.

3/06/2007

Flores

Bastante tiempo sin acercarme. A veces cuesta sentarse frente a la pantalla para escribir, o no dan ganas, o no hay ideas. bueno, una mezcla de todo eso es lo que ha venido pasando.
La rutina del blog es un poco injusta a veces, y pasado cierto tiempo uno se empieza a sentir mal por no escribir, y la mezcla del placer por decir algo y la obligación por volver a la batalla es algo bastante extraño.
Vinieron las vacaciones, después el hospital, y acá estoy, volviendo al trabajo y tratando de sortear la incomodidad de andar con muletas para todos lados, de acomodarme en un escritorio que no ha sido pensado para que lo use gente ni con las piernas largas, ni menos convaleciente de una operación a la rodilla.
Así que aquí me encuentro, en un nuevo escenario y con nuevas armas (las muletas, en este caso).
El nuevo escenario es una nueva pega, en el mismo lugar, pero con nuevos aires, nuevas energías.
El otro día estaba pensando en metáforas (siempre me da por pensar en metáforas), en un momento de dudas y nostalgia, y me surgió la pregunta... donde están las flores.
La verdad es que el último tiempo ha estado algo dura. No es por quejarme, pero la vida no es algo que se lleve fácil, menos para un tipo como yo, escéptico y nihilista por naturaleza. En fin, pensé en las flores, creo que una canción dice eso, de Victor Heredia.
Bueno, vamos dejando febrero, un mes complicado, que creo que lo voy a estar recordando bastante por mucho tiempo. Ahora las ventanas se abren, entra la luz y ojalá florezca de nuevo.
En abril me voy a buenos aires de nuevo, voy a ir al cumpleaños de una de las personas que más quiero en esta vida, y estar con otras que ya son parte de mi piel.
Con la Panchi miramos para adelante, con amor, con paciencia. Ahora me quedo esperando que empiece abril.