9/27/2007

Primer Ciclo de Cine Autorreferente

Este es lejos el post que más me ha costado escribir. Lo tengo pendiente desde hace mucho, no es fácil y aparte se me olvidaron las películas que quería poner. Bueno, este intento es como el 1032, y aún sigo intentando.

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No llegué a tener afiches ni cranear la campaña publicitaria, pero sí alcancé a tener un primer borrador de cartelera, algunos incipientes fanáticos reservando su asiento y las ideas locas dando vueltas.
Hace un par de años estuve a punto de lanzar mi primer ciclo de cine, en el living de mi casa. Tenía la proyectora, el telón y muchas películas que tenía ganas de volver a ver, películas de esas que te enganchan desde las emociones, que te golpean una y otra vez, y que no se pueden dejar de ver. Otras que se asocian a momentos, situaciones, personas, y que de alguna forma, se quieren volver a traer al presente.
Finalmente se me cagó la proyectora. Acto seguido, vendí el telón. Por tanto, no hubo ciclo de cine, una lástima. Llegué a tener alguna listita borroneada de las películas. Unas ideas de tipo menú completo, cocinando también algo para amenizar la película. Lo único que estaba prohibido de antemano era hacer cualquier tipo de final estilo tertulia-discusión.
La idea después me la copió fuguet, con su libro las películas de mi vida. Una amigo me llamó un día y me dijo - te cagaron - porque en un principio, el ciclo tenía ese nombre. después lo cambié por el del ciclo de cine autoreferente. Al final este me gustó más.
Bueno, la lista incluía a muchas películas, algunas francamente de dudosa reputación, pero el ánimo era de ver películas de batalla, nada muy intelectual, todo lo contrario, que digamos.
En realidad eran películas que quería ver de nuevo, un poco de todo, películas que he visto en distintas etapas y edades de mi vida. Va la lista, no necesariamente en el orden que quedaron acá.

The Big Lebowski, no me acuerdo como la tradujeron al español (El gran Lebowski?). Que película mama mía, que manera de reírme, que interpretación la de Bridges y Goodman, todavía me río de algunas partes (cuando tiran la ceniza de un finado a contra viento y se les devuelve toda... increíble). Eso que no la fui a ver volado, porque eso sí que habría sido terrible.

Cinema Paradiso, pero el final nomás. Muy bueno, siempre me saca lágrimas. El resto de la película, salvo algunas partes del principio (aguante Totó!!!), se puede ver con poder de síntesis, hasta llegar al final. Nada que decir con eso, es realmente conmovedor e ingenioso. El grano de la película, los cuadros de los besos, la tremenda potencia del mensaje, la dedicatoria y el orgullo. Todo mezclado. Toda la historia.

The Royal Tannenbaums. Me encantó, tiene la dosis justa de pelada de cable como para engancharme eternamente si la pasan en la tele (bueno, esa opción, en verdad, aplicaba solamente cuando tenía cable, y digamos que tampoco es del tipo de película que la den mucho ahí...). Grandes actuaciones, sobre todo la del chino y la de Hackman. Me gustan las películas de Anderson, tienen una lógica que atrae mucho y un lenguaje que da más de una vuelta para decir las cosas. Los mensajes son claros y simples, pero están tratados de una manera muy inteligente. Los personajes son un perfecto rompecabezas. Notable también Ben Stiller con los pibes. Sin palabras para Gwyneth Paltrow.

El Padrino 2. Hace falta decir algo? creo que no. Es la que más me gusta de las 3, pero en el ciclo estaba pensado pasarlas todas. El mejor De Niro de la historia. Marlon Brando presidente.

Good Fellas. Me encantan las películas de mafiosos, y esta, después de los 3 padrinos, es la mejor. No hay mucho que decir, es una peliculaza. Joe Pesci es gigante, De Niro ni hablar. No hay un mejor retrato a la cultura de la mafia que esta película, las relaciones, los códigos, las lealtades, la crudeza de enfrentarse a la realidad, la precariedad de los vínculos ante un Gran Hermano omnipotente, la torre de papel que se quema y se cae a pedazos. La imagen del jefe, increíble. En esto debe haber mucho de la vida de estos tipos, Scorsese, De Niro, Pesci, todos tanos, que seguramente tienen estas marcas grabadas a fuego desde su infancia. De los lugares donde crecieron. Bueno, si le dieron el Oscar a Scorsese por los Infiltrados (que es muy buena, por cierto), no se explica como no ganó por esta.

Punch, Drunk, Love. Tremenda historia de amor y pasión. Pasión que de desborda por todos los poros. Amor incondicional que no necesita palabras. Amor y violencia todo mezclado, buscando aleatoriamente por donde salir. Adam Sandler sin excusas. Delirante y brillante. Cuesta entender lo que dice y toca, pero se acerca poderosamente a la genialidad. Antes de esto lo encontraba un completo idiota, protagonista de las películas de humor que más detesto (ojo, en esta pelea también entra Jim Carrey, que viene en la siguiente).

Eternal Sunshine of a Spotless Mind. Sutil, insolente, audaz por todos lados. Bella y conmovedora. Nunca había sentido tan de cerca lo que significa el miedo a querer y lo ambiguo del amor. Jim Carrey notable y Kate Winslet entrando sin permiso al mundo de mis fantasías. difícilmente se podrá igualar esa belleza y esa locura. Me gustaría estar en ese mundo de sueños, cayéndose a pedazos y recogiendo los que me llegan para volver a armar las piezas. Mención honrosa: que ganas de estar en la cocina setentera con Kate. Después de eso me puedo morir en paz.

The Wild Bunch, película de Cowboys (otra debilidad, debo decir). Una historia épica con final épico como debe ser, con todos los chicos buenos (¿buenos?) muertos, acribillados por el ejército (los chicos malos), no sin antes haber disparado un millón ochocientas mil balas. La escena final dura como una hora, el compromiso con una forma de vida, con una identidad errante de cada uno de la pandilla. El sino de vivir en el filo y de estar dispuesto a morir con la botas puestas. Grande Peckimpah. Todavía recuerdo la primera vez que la ví, en mi tierna infancia. Aluciné.

Indiana Jones y los Cazadores del Arca Perdida. Esta película tiene un significado especial. Allá por el año 1986 en mi casa adquirieron el primer VHS. En Lanús sólo había un videoclub, y ésta fue la primera película que arrendé, y por tanto, la primera que ví en video. Para que explico, el primer día la ví como ocho veces seguidas. Aparte de esto, es una película de aventuras muy entretenida. Quien no hubiera querido ser Indy?

ET. Empezamos con Spielberg. Recuerdo cuando mis abuelos me llevaron a verla, que película más bella. Ahora la veo con mis hijos y me emociono igual. Es una historia de fantasía muy bella, de conexiones imposibles y de la posibilidad de vivir en almas distintas al mismo tiempo.

The Goonies. La ví por primera vez en el cine de Villa Gesell, un balneario de argentina, y después rayé con ser un explorador. Con amigos del balneario arme una pandilla y nos creíamos el cuento. Salíamos al bosque a ver si encontrábamos algo. Me salió bastante mal, porque no encontré ningún tesoro ni nada que se le parezca. Al menos me sentí cerca de chuck por un rato (grande el gordo y su amigo deforme).

Rambo. La primera, sacando el final fantástico, es una gran película. El libro en la que está basada es también muy bueno (primera sangre se llama), que por supuesto no termina con rambo vivo sino hecho pedazos por la cana gringa. Buena película sobre la guerra y lo que viene después, la vida que se cae a pedazos sin pedir permiso y la ilusión de una identidad es sólo eso, una ilusión. La reemplaza la más burda utilización e instrumentalización de la estupidez humana.

Manhattan. Y acá empezamos con Woody. Hay gente que dice que esta película no es más que una propaganda de NY. No entienden nada, dejenlos así. Y es más, si así fuera, que tanto, lo bello no se muestra sólo, se muestra también de una manera que lo exalte. Esta película es pura belleza, sus planos, sus personajes, sus diálogos.

Mo´Better Blues. No me acuerdo como tradujeron esta película. Es Spike Lee entregado al BeBop. Es el amor incondicional a la trompeta, es su complejidad y su particular forma de cobrar vida en manos de quien la sostiene. Y como tal, esa vida tiene sus curvas y sus choques. Auge y caída de un grande, que tan grande era que en lugar de seguir en el tren a toda velocidad, sabe cuando tirar del freno. Gran papel de Denzel Washington, música de Branford Marsalis, y el ojo de Spike, uno de mis directores favoritos. Buenísimo el final, Denzel mirando a su hijo, un negrito hermoso, motudo, llamado Miles...

Eso por ahora, se me olvidan miles, y esta lista no se parece mucho a la que en su momento había escrito. Es que a medida que me pongo a pensar se me vienen a la cabeza muchas más. En todo caso, si pudiera ver todas estas de nuevo, como estaba pensado, sería casi un final para mi película.

Bueno, quien quiera sacar entrada que avise. Aún hay tiempo.

9/22/2007

Claves

Sale el sol, empieza a calentar el fin de este frío invierno. Menos mal, ya me estaba empezando a entumir en demasía. Achicando cada vez más las ventanas de la pieza. Con más frazadas, más peso.
Con la entrada en la mano entonces esperaré que me toque el turno. La fila es a veces larga, pero nunca tanto. La espera tampoco cede, pero por algo está. De todas formas vale la pena. Lo que venga de ahora para adelante tiene buena cara. Tiene precio alto quizás, pero que cosas me han salido gratis?
A cara lavada es mejor. Con los ojos limpios y las manos desatadas. Con el frío en el pecho. Despierto y activo.
Al final voy a contar las monedas que sobren y después me doy una vuelta de nuevo. Por el placer de volver a vivir. De eso se trata no?
No debo tratar de descifrarlo todo. Repito. No debo tratar de descifrarlo todo.
Siguiendo las claves espero desandar nuevamente los mismos pasos. Ahora más fresco, más claro y menos denso. Después de un tiempo nos volvemos a ver, no tengo claro qué ni cómo. Sólo sé que para allá voy.

9/20/2007

Santiago

Yo vivo en una ciudad...
Sin ánimo de plagio, en lo absoluto, quiero escribir sobre Santiago.
Plagio me refiero porque lo de arriba es una canción. No se refiere a Santiago, sino a Buenos Aires. No la cantaba yo tampoco, sino Juan Carlos Baglietto. No es muy conocido, pero canta muy bien y tiene unos temas muy buenos. Una vez incluso estuve con él en la casa del Chino, un amigo, tomando mate y comiendo facturas. Piola el tipo, estaba Silvina Garré también. El viejo del Chino era sonidista y tenía un estudio. Por ahí pasaban varias bandas y se pasaba muy bien. Ahí ví hippies de verdad, los primeros pitos (que vine a cachar varios años después...), en fin, me desvié. Todo por culpa de Baglietto.
Lo que quería escribir es sobre Santiago, porque en estos días en los que el ritmo dieciochero sigue retumbando es cuando dan ganas de bajarse de la micro y caminar unas cuadras. La gente menos preocupada, el ritmo más lento. Más pausa y menos vértigo. Por eso me tomo las vacaciones en enero, para pasar febrero acá.
Lo curioso es que eso se contagia. El micrero anda de mejor humor, incluso hasta alguien te puede saludar en la calle, aunque sea con un gesto. Las sobremesas son más largas. El café se disfruta más. La vuelta a casa es menos tedio y más entusiasmo.
¿Cómo hacer para que esta sea la cara para ver a diario? Siempre me pregunto si será posible, si se podrá cambiar la imagen fría, seca y directa.
Santiago y su gente apurada, dentro de los cuales me incluyo, porque a pesar de que tenga mis pies a ambos lados de la cordillera, los tengo ambos bastante firmes. En eso no me mareo, soy absolutamente santiaguino. Es verdad que hay montones de cosas que odio y resiento, que se ven a diario, en cada esquina, pero no se si podría dejarlas atrás como si nada.
Vale decir que todo eso se olvida con una mirada de reojo a las montañas, en invierno, o mirar como se pone el sol en las montañas, tiñendo todo de rojo.
Ahí es como empezar de cero, perdón, y todo de nuevo.

9/04/2007

Sal Gruesa

Pocas formas, o escaso brillo. Más bruto, más burdo. Imperfecto, amorfo. Una vuelta, dos vueltas, sigue y nada cambia.
¿Es necesario depurar el contenido? ¿sirve de algo apurar el tranco?
La verdad es que no. En esta parada prefiero quedarme acá, porque los viajes que siguen llegan siempre al mismo lugar, quizás desde otros lugares, o por otros atajos, pero la llegada es la misma.
Estoy cada vez más loco con estas metáforas. Parece que aunque digo lo contrario, las vueltas me las doy igual.
Al menos en mi cabeza, siempre hay vueltas, nuevas miradas a los mismos lugares, pocos ganchos.
Desde hace ya bastante tiempo cocino con sal gruesa. Me gusta. Tiene otro sabor (o al menos eso me da la impresión). Cruje. Es dispareja, aparece en ciertas partes, sin aviso. Es más linda.
Salar con molinillo es distinto.
En fin, me siento en medio de divagaciones sin mucho sentido, pero de hace ya varios días que me da vueltas en la cabeza esta idea.
¿Como salgo ahora de esto? o es acaso una absurda necesidad de poner palabras para tapar otras ganas de hablar, de alargar otros silencios que de tímidos pasaron a llevar la batuta en este baile.
No se bien en qué estoy con esto. Me acerco a lo más simple, a lo original, a ver si desde acá se puede empezar trazar las líneas más derechas. O más claras, o al menos, más definidas.