10/23/2008

Sutil

En mi vida a veces siento que llevo un cavernícola dentro. Lo mío no es la delicadeza, creo que me lo han hecho ver en más de una oportunidad. No se si será fácil, o no se si se me escapa de las manos, pero no logro llegar a ese nivel de poder sentir desde afuera mis propias palabras. De todas formas nunca he sentido que sea un tipo delicado.
Me puedo emocionar, claro. Puedo empatizar también. Creo que con eso ya me puedo sentir pagado. No me imagino caminando sin poder incorporar mis sentidos a lo que me pasa. A lo que veo y a lo que pienso.
No se si será una virtud, pero lo que me queda claro es que no logro distinguir las sutilezas. No es sólo lenguaje, lo que digo está mucho más allá de la mera retórica, es más bien una cuestión de actitud que me supera, que ya la tengo guardada, y que no es cosa de querer cambiar y nada más.
Sé que tengo que poder.
Sé que no me falta mucho para poder incorporar.
No se si lo que digo son sólo divagaciones sobre ideas que tengo cuando me sobra tiempo para pensar. No se si me alcanza el tiempo para poder divagar.
No se si lo sutil va conmigo, quizás es una exigencia que me hago y que está de más. Quizás debo buscar un sinónimo y dejarme de huevear.

5 minutos

Todavía no me voy. Todavía no se si estoy acá, pero siento que ya me fui. Gracias al favor de todos mis semi-compatriotas vuelvo a visitar estas tierras del fin del mundo. Vuelvo a recorrer las mismas calles sintiendo que ya son parte de una nueva historia. La últime vez se me cruzó un arcoirirs. Ahora las ráfagas de viento me llaman a la calma y a poner los pies sobre la tierra. Poner los pies sobre la tierra.
Pido al menos 5 minutos más para seguir estando acá. Tiempo mentiroso, que sé que todavía lo tengo, pero que también se que mañana lo voy a extrañar.
Que importa la distancia, que importa que mañana me voy a acostar con calor. Punta Arenas seguirá esperando, al menos hasta la próxima vuelta, porque aquellos que dicen que hay que tocarle el dedo al indio para volver (ojo, hay algunos extremistas que dicen que hay que darle un beso), resultó que tenían razón. A mí al menos me ha resultado a las mil maravillas. Cada visita es una nueva experiencia. La próxima sí que llego a Paine.

10/17/2008

Riesgo

Un desagradable pito en la oreja izquierda me llama (me obliga?) a no poner la cabeza en una sola cosa por más de 20 segundos. Una alarma de que algo no anda bien? No lo se.
Luego de que sonó mi teléfono muy temprano, y mi interlocutor debió resignarse que de este lado estaba Mariano, y no Osvaldo, sentí que hoy no iba a ser un día normal.
En estos momentos trato de definir los riesgos de un trabajo que al parecer tiene más de los recomendables. Esto no es broma, tengo a un ejército de ingenieros, que se las ingenian por salir adelante. Definiendo los riesgos, y que hacer con ellos, al parecer, las cosas salen mejor. Al menos se ordena un poco el desorden, y se tiene más claro que donde uno busca, encuentra cada vez más quilombo.
Me pregunto si cada uno de ellos tendrá también claro cuales son los riesgos de la vida. Si estos métodos servirán también para poder traer más paz interior.
No se si me gustaría saber cuales son los riesgos de decir te quiero, de ofrecer la mano, de escuchar desinteresadamente.
La verdad, prefiero enfrentarlos simplemente. A veces me atormento por mi desorden, principalmente económico, pero prefiero vivir con certezas que pensando en los riesgos de cada cosa que hago.
Esto me hace pensar las aplicaciones de ciertas teorías a la vida misma. Los sistémicos pretendían aplicar sus esquemas a todo (amor, placer, familia, etc). A mi si quieren me investigan, pero desde lejos, y sin intervenciones por favor.