9/27/2012

Anomia

Veo la fecha de la última cosa que escribí por acá y me doy cuenta que ha pasado más de una año. En algún momento de mi vida, este blog fue una vía de escape, ahora es algo distinto.
Siento que tengo que recobrar la necesidad de poner las cosas por escrito, sin mayor publicidad ni búsquedas. Solo por hacer un intento de pensar y repensar.
Dejo declarado entonces mi intento por empujar de nuevo esta puerta. Como aquella vez, no tengo mayores expectativas de encontrar algo muy claro al otro lado. Sólo la idea de encontrar. Espero volver pronto.

9/12/2011

Matices

Tengo un montón de cosas en la cabeza de las que podría intentar escribir. Cosas que me producen una profunda alegría, como los días que estoy pasando y la compañía que tengo. Como la música que suena sin estridencias, y sin mayores pretensiones. Como el sur de Italia que abraza sin pedir nada a cambio. Los momentos se guardan bien adentro.
También siento una mezcla de rabia y frustración por ver lo que está pasando en Chile. Veo todo de cabeza, violento. Escucho un leguaje que quisiera desterrado de nuestras conciencias, siento que hay una herida profunda, muy profunda. Gente que sigue pensando que hablando fuerte y poniendo la pata encima es suficiente. Espero que no sea así. Que este sea el principio de un cambio que se ha demorado ya más de 200 años. Un nuevo Chile.
Siento, veo el camino abierto, largo, difícil. Como siempre.
Todavía queda un trecho largo por andar, para conocer nuevos lugares, para aclarar aún mas las ideas, para darme cuenta de mi lugar en este mundo. Pondré mis pies en lugares lejanos, tratando también que mi cabeza los acompañe.
No se si a Chile volveré igual como me fui. En Europa dejo muchas cosas, y me llevo también otras. Una promesa bajo la piel. Un puñado de goles. Un desafío superado. Un montón de lugares que ya no son desconocidos. Un montón de ideas, proyectos, sueños, amigos.
No se si sea momento de hacer la suma y la resta, aunque es poco lo que restar.
Por eso los matices, porque todo junto es algo difícil de agarrar. Ya habrá tiempo de mirar mejor, y de empezar a deshojar este año que ya se termina. Uno por uno, con calma.

3/10/2011

Mirta

Intentaré robar algunas palabras para poder salir de este silencio. No el que me tiene alejado de este blog, sino del que me quiere inundar el alma.
La muerte de una persona muy importante en mi vida me ha dejado sin palabras. Una de mis profesoras de infancia, una de las responsables de que sea quien soy, o de que alguna vez haya querido ser.
No tengo palabras.
Después leo un post de mi hermano sobre un pibe de 17 años llamado Yonlu, que se suicidó dejando un disco duro lleno de música, y un disco que te parte la cabeza de tanta sinceridad.
Me acuesto en mi cama para tratar de darme cuenta en que estoy pensando, en que quiero pensar. Y de verdad que no me sale una sola palabra. Quiero mandar saludos a Mirta, quiero decirle algo, pero no puedo.
La última vez que la ví, fue en su casa. Yo había ido a ver a Carmen, mi profesora de primer grado, quien me enseñó a bailar el baile de las letras. Yo ya vivía en Chile y no la veía hace mucho. Me dió un abrazo y me miró de arriba a abajo, como asegurándose que estaba todo bien. No me dijo casi nada y se fue.
Mirta era una persona que te marcaba a fuego, que te hacía mirar, que te enseñaba la diferencia entre escuchar y oír, entre leer y pensar, en el valor de la palabra bien dicha. Como dejar eso atrás?
Ahora la recuerdo con el corazón apretado, con lágrimas mientras escucho y me desgarro. No quiero pensar mucho, a veces es bueno abandonarse un rato en la pena, para remover un poco el interior.
Mañana seguro sale el sol, y todo vuelve a brillar y a girar. Con algo de saudade también, pero con luz, con alma. Con sonrisa.

12/24/2010

Su majestuosa petición satánica


Tengo la suerte de caer a veces en los lugares precisos, en algún momento del tiempo.
Ahora estoy en Inglaterra, en Cambridge mas precisamente, mirando la noche buena, esperando a ver si nieva un poquito más, en la cocina de la casa de Peter, el gringo que me arrendó su casa, y me pasó las llaves, dejando adentro todo lo demás.
Dejó además cosas que sin saber iban a llegar a refrescar recuerdos e historias que con el tiempo se ponen algo difusas. Tengo la suerte de estar en una casa donde el dueño tiene montones de discos de los Beatles, los Rolling y de Bob Dylan, vinilos muy antiguos. Buceando en el cuartito encontré Their satanic majestic request, y de ahí viene esta historia.
Escuché este disco (mas bien, lo ví), por primera vez cuando tenía 14 o 15 años, en una tienda que había en el portal lyon donde tenían un montón de cd's, y uno pagaba para que te hicieran una copia en cassette. Me llamó la atención la tapa, y que fuera de los Rolling me sorprendió. A esa edad, yo sabía que si te gustaban los Beatles, no te podían gustar los Rolling. Pero este disco me llamó.
El dueño de la tienda era un tipo que sabía montones de música, muy serio. Además de todos los discos, era coleccionista de equipos Marantz. Tenía unos equipos que eran para poner en un cuadro de tan lindos. Mi viejo conversaba largos ratos con él de música clasica, mi hermano le preguntaba (y compraba) mil cosas cada vez que iba, pero yo bien pendejo no tenía mucho que ir a preguntarle. Igual me animé y le pregunté que onda el disco, y me dijo algo así que era como el Sgt. Pepper de los Rolling. Con eso me convenció de una, y pedí mi copia, salía como luca y media con cassette incluido.
Han pasado casi 20 años de esto, y todavía me acuerdo cuando escuché el cassette, en el walkman camino a casa. Caché que me gustaban los Rolling, y que se me abría un mundo nuevo para adelante. Ahora tengo en mis manos la edición en vinilo de ese disco, y me gustaría encontrarme con el loco de la tienda para contarle lo que me pasó a partir de ese momento. Ahora estoy más cerca de los culpables también, y quizás cometa el sacrilegio de nuevo, de escuchar Sing This All Together caminando por Abbey Road (y ver que pasa).