12/24/2010

Su majestuosa petición satánica


Tengo la suerte de caer a veces en los lugares precisos, en algún momento del tiempo.
Ahora estoy en Inglaterra, en Cambridge mas precisamente, mirando la noche buena, esperando a ver si nieva un poquito más, en la cocina de la casa de Peter, el gringo que me arrendó su casa, y me pasó las llaves, dejando adentro todo lo demás.
Dejó además cosas que sin saber iban a llegar a refrescar recuerdos e historias que con el tiempo se ponen algo difusas. Tengo la suerte de estar en una casa donde el dueño tiene montones de discos de los Beatles, los Rolling y de Bob Dylan, vinilos muy antiguos. Buceando en el cuartito encontré Their satanic majestic request, y de ahí viene esta historia.
Escuché este disco (mas bien, lo ví), por primera vez cuando tenía 14 o 15 años, en una tienda que había en el portal lyon donde tenían un montón de cd's, y uno pagaba para que te hicieran una copia en cassette. Me llamó la atención la tapa, y que fuera de los Rolling me sorprendió. A esa edad, yo sabía que si te gustaban los Beatles, no te podían gustar los Rolling. Pero este disco me llamó.
El dueño de la tienda era un tipo que sabía montones de música, muy serio. Además de todos los discos, era coleccionista de equipos Marantz. Tenía unos equipos que eran para poner en un cuadro de tan lindos. Mi viejo conversaba largos ratos con él de música clasica, mi hermano le preguntaba (y compraba) mil cosas cada vez que iba, pero yo bien pendejo no tenía mucho que ir a preguntarle. Igual me animé y le pregunté que onda el disco, y me dijo algo así que era como el Sgt. Pepper de los Rolling. Con eso me convenció de una, y pedí mi copia, salía como luca y media con cassette incluido.
Han pasado casi 20 años de esto, y todavía me acuerdo cuando escuché el cassette, en el walkman camino a casa. Caché que me gustaban los Rolling, y que se me abría un mundo nuevo para adelante. Ahora tengo en mis manos la edición en vinilo de ese disco, y me gustaría encontrarme con el loco de la tienda para contarle lo que me pasó a partir de ese momento. Ahora estoy más cerca de los culpables también, y quizás cometa el sacrilegio de nuevo, de escuchar Sing This All Together caminando por Abbey Road (y ver que pasa).