5/11/2009

Siento que viene un cambio


Ojo que esto no es una frase para la campaña de Piraña, nada que ver.
Resulta que en ciertos momentos me da por escuchar de manera compulsiva a Bob, Big Bob Dylan, y como que me pasan cosas extrañas. I feel a change comin´on, do you understand...?
Que querrá decir el man con este tema. Yo sí siento que algún cambio vendrá después de escuchar sus palabras, o mientras las escucho en realidad. No se que cosa será lo que va a cambiar, podrá ser un cambio físico, así como que me salga un mechón rubio, un lunar en la nariz, o algo por el estilo. Será un cambio de planes, así como Jim Carrey en eterno resplandor... o sea, en lugar de doblar a la izquierda en mi bici camino al trabajo, me voy para el otro lado, escapando sin rumbo. No estaría mal, perder un día así. Esperar algo en una plaza, esperar por esperar.
Sigue la pregunta, cuál será el cambio que se viene? cual será la pretensión de Dylan? Hay alguna pretensión? o es sólo mi imaginación que siempre le anda buscando las explicaciones a las cosas, incluso a las que no tienen explicación, o a las que no vale perder el tiempo buscándolas.
Será simplemente un cambio de ánimo, una sonrisa en la cara para despejar las dudas que se acumulan a cada rato en mi rostro.
No soy fanático, no pagué la plata de la entrada para el recital, me pareció mucho. Pero ahora me siento en deuda, pero creo que la pago con estas preguntas. Con las sonrisas, o con la emoción de escuchar dylan en un día nublado, esperando que llueva. I feel the rain comin´on....

HAGA CLICK PARA CAMBIAR Si quieren, asumo las consecuencias.

5/05/2009

Nave espacial


Difícil se va poniendo el camino cuando uno alarga la ausencia y se desaparece por temporadas largas del blog y sus derivados. Ya ni se cuanto hacía que no escribo, pero siento que en este lapso pasaron muchas cosas, algunas de las que dan ganas de hablar, otras que es mejor olvidar y algunas que están ahí para recordar el ínfimo espacio que uno ocupa en este mundo.
Pero para que hacer reseñas de cosas que a nadie le interesan, para que sentarse a dar vueltas y vueltas en la cabeza sobre lo que no existe. Hay que sacar los pies del agua, la humedad no moja, pero si te va desvaneciendo de a poco.
Mejor me subo a mi nave espacial, así todo se ve con efecto velocidad, así todo se arregla y voy dejando atrás lo que no quiero, lejos, rápido. Sin pausas.
Vengo llegando de buenos aires, y siento que todo pasó demasiado rápido. Emociones grandes, sustos grandes, rabias, pena, paciencia, violencia. Me pareció muy extraño lo que me tocó esta vez. Fueron pocos días, pero en el recuerdo fresco se siente como un período largo. Fue muy rápido todo, pero a la vez, fueron muchas cosas. Lo malo, que dejé de lado lo que mas me gusta hacer, sentarme a tomar mate, conversar, ver pasar el día desde un balcón, cerrar los ojos hacia el sol, caminar lento y sin rumbo. Sentirme dueño del tiempo.
Creo que ya encontré la forma de hacerlo igual, lo aprendí de un taxista, que en esta ciudad pueden ser más emblemáticos que perón y evita juntos. El tipo mostraba su auto a unos amigos, que lo tenía tuneado. Hacía unos piques y el auto sonaba bien. Nosotros ibamos caminando un par de cuadras antes y escuchabamos como corría, pero no veíamos el auto.
Avanzamos una cuadra y había un grupo de amigos, parados ahí en la vereda en la tarde de un día feriado, conversando y discutiendo huevadas. El tipo de los piques, bajito y canoso, hablaba de su auto con total y absoluta emoción. Contaba que lo había bajado 2 centímetros, y que era "una nave espacial". Busqué con la mirada el deportivo, pero no veía nada ni parecido a un cohete de juguete. El tipo seguía hablando del auto, cuando me di cuenta cual era. ¡Era un taxi, pero esos que son como furgones utilitarios!
No lo podía creer, realmente era una situación muy graciosa, y los tipos no se reían en lo más mínimo.
Después de la risa, por supuesto viene la reflexión, y en este caso, me quedé pensando en que no es malo sentir que uno vuela en una nave espacial, independiente del vehículo. Proyectarse así, con determinación, con ganas, con risa. Creer verdaderamente en algo, creerse algo que no es más que un cuento, pero que importa.
Ahora, esta será parte de mis frases de cabecera, también de Elisa y Hernán, y será un sinónimo de una cultura y una identidad que la siento muy mía. En Argentina todos quieren andar en su nave espacial.
Yo ya estoy arreglando la mía, para que corra más que el taxi, en mi próxima carrera interestelar.