3/10/2011

Mirta

Intentaré robar algunas palabras para poder salir de este silencio. No el que me tiene alejado de este blog, sino del que me quiere inundar el alma.
La muerte de una persona muy importante en mi vida me ha dejado sin palabras. Una de mis profesoras de infancia, una de las responsables de que sea quien soy, o de que alguna vez haya querido ser.
No tengo palabras.
Después leo un post de mi hermano sobre un pibe de 17 años llamado Yonlu, que se suicidó dejando un disco duro lleno de música, y un disco que te parte la cabeza de tanta sinceridad.
Me acuesto en mi cama para tratar de darme cuenta en que estoy pensando, en que quiero pensar. Y de verdad que no me sale una sola palabra. Quiero mandar saludos a Mirta, quiero decirle algo, pero no puedo.
La última vez que la ví, fue en su casa. Yo había ido a ver a Carmen, mi profesora de primer grado, quien me enseñó a bailar el baile de las letras. Yo ya vivía en Chile y no la veía hace mucho. Me dió un abrazo y me miró de arriba a abajo, como asegurándose que estaba todo bien. No me dijo casi nada y se fue.
Mirta era una persona que te marcaba a fuego, que te hacía mirar, que te enseñaba la diferencia entre escuchar y oír, entre leer y pensar, en el valor de la palabra bien dicha. Como dejar eso atrás?
Ahora la recuerdo con el corazón apretado, con lágrimas mientras escucho y me desgarro. No quiero pensar mucho, a veces es bueno abandonarse un rato en la pena, para remover un poco el interior.
Mañana seguro sale el sol, y todo vuelve a brillar y a girar. Con algo de saudade también, pero con luz, con alma. Con sonrisa.

1 comentario:

O.H !!! dijo...

Saludos! Habibi