7/30/2008

Ojos de pescado


He recibido algunos comentarios respecto de lo último que llevo escribiendo en este blog. Que como estoy, que que me pasa, que si estoy bien. La verdad es que remirando lo último, da para preocuparse. Pero ya basta, ayer me salieron los tres circulitos llenos en el horóscopo de la revista ya, así que ya no hay más excusas para el pesimismo.
Da lo mismo si es real o sólo parte de un discurso al cual me he acostumbrado, y que a veces, solo por una rara especie de inercia que se confabula en contra, empieza a cobrar un espacio más protagónico que lo acostumbrado. Mal que mal, me jactaba de poder controlar esto, pero no hay caso, y a veces se me arranca.
Creía que lo podía mirar desde arriba, pero ese es el problema. A veces te quedas mirando de atrás, como todo lo que se te cruza ya viene con una etiqueta, y deja de ser sorpresa que todas empiezan a tener color oscuro.
Lo dejo de lado y empiezo a mirar de nuevo, frente a unos enormes ojos de pescado. Hay unas cámaras rusas que tienen el lente como un ojo de pescado. Las fotos salen con un estilo de tipo "redondo".
Que habrá querido decir entonces el pescado que me miró a los ojos?

5 comentarios:

yus dijo...

tres cosas:
1. me carga la gente q lee el blog de un amigo y no le deja un comentario... aunq sea "Pico pal q lee" o cualquier cosa.

2. acuerdate q el pescado te miró y salió volando o venía volando y te miró, no importa, pero volaba.

3. mi semana empezó con circulitos medio vacíos... al menos uno se llenó otra vez.

Mariano Rosenzvaig H. dijo...

1.- A veces es mejor no decir nada que comentar o decir cualquier cosa. Distinto es cuando tienes algo que decir. Peor es cuando tienes algo que decir y no lo dices. Basta de dictaduras de comentarios.
2.- Es verdad, los pescados venían volando, y el que estaba en el agua era yo.
3.- Vamos por esos circulitos!

yus dijo...

1. q pesado.
2. y?
3. igual no creo en horoscopos.

Anónimo dijo...

axolotl
n

Mariano Rosenzvaig H. dijo...

Más que un axolotl, este era un lenguado volador, con los ojos muy grandes, pero una mirada que no decía nada. Más raro aún, era yo el que estaba en el agua.